María Luisa Altamirano Reátegui, José Luis Nepo Mesta, Jesús Manuel Gonzales Herrera, Nilton Isaias Cueva Quezada, Gerardo Francisco Ludeña González
DOI: 10.59427/rcli/2023/v23cs.2562-2569
La pandemia del COVID-19 ha generado a nivel mundial y de América Latina una crisis multisectorial que abarca tres ámbitos: sanitaria, económica y social y ha expuesto estas desigualdades al acceso del sistema sanitario como las interrupciones de los servicios esenciales de salud, lo cual ha ampliado aún más las brechas en el acceso a la atención de este servicio indispensable en la sociedad. Las enfermedades no transmisibles son más prevalentes en los grupos que han sufrido un mayor impacto de los determinantes sociales de la salud deficientes y se han asociado con una mayor probabilidad de presentar un cuadro grave de COVID-19 e incrementar su ratio de mortalidad. Asimismo, se proyecta que las interrupciones en la prestación de servicios esenciales de salud para las enfermedades no transmisibles como la salud mental o las enfermedades transmisibles como la infección por el VIH, la tuberculosis y la malaria, así como los servicios de salud materno infantil (como la salud sexual y reproductiva) incrementen los resultados deficientes en materia de gestión de servicios y cobertura. Otros retos son una mayor frecuencia de la violencia interpersonal y la inseguridad alimentaria. Los países de la Región de las Américas han respondido a las interrupciones causadas por la pandemia con la prestación de servicios de salud mediante la telemedicina y otras soluciones digitales, y la aceleración de las intervenciones de apoyo de los servicios sociales. A medida que la vacunación contra la COVID-19 crea la oportunidad de superar la pandemia, los países deben fortalecer su atención primaria de salud y sus servicios de salud esenciales a fin de garantizar la equidad, para que la Región logre la cobertura universal de salud en cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se concluye que el sistema de salud a nivel mundial frente al COVID-19, ha tenido muchas deficiencias, por ejemplo, el desencadenamiento por la falta de capacidad resolutiva de los establecimientos de salud, recursos humanos (profesionales de la salud) y recursos materiales (equipamiento médico e infraestructura) perjudicando a muchos usuarios al acceso de atención, tratamientos y medicina.
Pág 2562-2569, 30 Oct